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(30/05/16) |
Es casi matemáticamente imposible que existan dos episodios seguidos tan perfectos como lo fue el "Hold the door". Con esto no quiero decir la herejía que leo a menudo de "capítulo de transición" o "no ha pasado nada". Si bien es de cierta transición, han pasado muchas cosas; es lo bueno de esta sexta temporada, cuyo ritmo se ha incrementado mucho con respecto a otras tandas. Quizás no tenemos momentos tan impactantes o dramáticos como el episodio quinto, pero las tramas siguen su curso. Las máquinas no se detienen y, por si fuera poco, las respuestas a misterios o enigmas que se habían enquistado casi desde el inicio se van resolviendo.
Contiene spoilers
El primer enigma casi llega desde el inicio. Retomamos con Bran y Meera, que huyen de los White Walkers casi sin posibilidades de escapar pese al heroico y trágico sacrificio de Willis. Un guerrero encapuchado aparece en el momento más oportuno y salva a los dos muchachos. No hace falta que se quite el embozo para reconocer a Benjen Stark. ¡El tío Benjen is back!
¿Qué había sido de este personaje, miembro de la Guardia de la Noche desaparecido al salir fuera del Muro? Yo barrunté la opción de que se hubiera convertido en el famoso Mance Rayder, o que integrara las filas de los propios monstruos de ojos azules. Pero resulta que fue alcanzado por los muertos gélidos y herido de gravedad, y fue salvado por los Hijos del Bosque de la misma manera (pero a la inversa) a como fueron creados los Caminantes Blancos: clavándole vidriagón en el corazón. Otro que ha terminado su vigía, o eso parece indicar su rostro pálido. De hecho, por ahí le llaman Manosfrías (si aparece en los libros, o es en Danza de dragones o no lo recuerdo).
¿Ha sido, pues, una aparición tipo deus ex machina? Para nada. Había sido avisado por el nuevo Cuervo de Tres Ojos. En efecto, Bran, que pese a no controlar su poder, es indudable que lo tiene. De ahí las visiones que se suceden a un ritmo de vértigo porque sigue en trance. ¿Qué vemos en ellas, aparte de su caída de la torre de niño? Ve las muertes de sus padres y de Robb, ve a Daenerys, ve dragones, ve al Rey de la Noche (y el bebé que robaron y transformaron), ve una mano ensangrentada (¿de Lyanna?), ve al rey Aerys el loco pidiendo que los quemen a todos: "Burn them all" (¿y eso será del pasado, una referencia al padre de Ned, a su hermano y a todos los de la corte, o una nueva interferencia de Bran con respecto al futuro, pues ese fuego valyrio que se propaga puede ser el arma perfecta contra los caminantes?), ve a Jaime en la famosa escena que dio origen a su apodo de Matarreyes, y no sé si me dejo algo más.
(Un motivo para que estas visiones que entremezclan cielos y nubes y no se sabe si pasado y futuro puede ser encubrir un cierto fallo de continuidad: si el joven Ned viene caracterizado como alguien distinto a Sean Bean, Jaime, que es aún más joven, aparece como Nikolaj Coster-Waldau, no como un actor más joven que lo represente...).
Casi es un cierto bajón que lo siguiente que aparezca sea una escena de Sam y Gilly, que van de camino a Horn Hill (Colina Cuerno), de donde procede Samwell. Aunque esa impresión desaparece cuando entra en escena el padre de Sam: segunda referencia familiar de esa "sangre de mi sangre" del título, tras la del parentesco entre Benjen y Bran. Y esta vez, la sangre de mi sangre no puede ser más opuesta: Randyl Tarly (muy conseguido James Faulkner) es despreciable en sus prejuicios y su rabiosa dureza contra su primogénito. Se gana a pulso el desprecio de su esposa ("Tú te deshonras a ti mismo") y que Sam decida no dejar con él a la mujer que ama y a su hijo ("We belong together": aunque en puridad no sean de la misma sangre, como sí lo son Jaime y Cersei, hay lazos que van más allá de lo sanguíneo), y que se lleve su espada (Heartsbane, Veneno de Corazón), forjada con acero valyrio.
Arya decide retomar las riendas de su vida. Tras presenciar (como Mercy) con sorna el momento de la muerte de Joffrey y tras pasar junto a la cabeza de madera de su padre, se da cuenta de que no es una No one, es Arya Stark; y si ya lo deja ver cuando le sugiere a lady Crane, la actriz que representa a Cersei, que el papel debería incluir un aviso de su próxima venganza por asesinar a alguien querido, al final previene a la mujer contra la actriz que quiere relevarla y que ha contratado a los sicarios del God of many faces (Dios de las muchas caras). La despreciable de Waif, que está vigilándola, no tarda en irle con el cuento a Jaqen, que da el visto bueno para su asesinato (pero sin que sufra, todo un detalle...). Eso sí, nuestra pequeña e indómita Stark recupera a Needle (Aguja) y estoy convencido de que no se dejará atacar o vencer fácilmente (de hecho, esperamos que la ensarte como a un pincho moruno).
En King's Landing (Desembarco del Rey) tenemos el asomo de lo que pudo ser una escena grandiosa. De hecho, ver a Jaime imperial a caballo subiendo la escalinata para llegar a donde tiene el Gorrión Supremo a Margaery a punto del Walk of Shame (Paseo de la Vergüenza) y el discurso tan vibrante, en oposición al sin chicha de Mace Tyrell a sus tropas, es enardecedor, aunque pronto el pusilánime de Tommen nos lo deja en agua de borrajas. La duda es: ¿responde la fe de su esposa a la convicción, o está ligada a Loras, como vimos la última vez que apareció? La conversión de Tommen se debe a su carácter apocado e influenciaste, pero Margaery está hecha de otra pasta. El caso es que el plan de los Lannister-Tyrell se ve frustrado, como le indica lady Olenna a su estúpido hijo ("They’ve beaten us"). La Corona y la Fe ahora son una única cosa.
Sorprende la calma de Cersei ante el giro imprevisto: Jaime deberá acudir a Riverrun (Aguasdulces) a encabezar el asedio contra Blackfish (Pez Negro). Ella se siente protegida por la Montaña en el juicio por combate que se establecerá contra la reina regente. "We’ve always been together, We’ll always be together". Cerca de allí, el inmundo lord Frey supura de ira ante la derrota sufrida contra el Pez Negro. Harto de estar 200 años bajo el yugo de los Tully, pretende que sir Edmund sea una carta bajo la manga para recuperarlo.
Para acabar, asistimos al (enésimo) discurso de Daenerys. Subida al imponente Drogon (que también se puede considerar sangre de su sangre), alienta a sus huestes dothraki a cabalgar por el océano para conquistar Westeros (Poniente). En este sentido, necesitamos más hechos que palabras (a no ser que vengan inspiradas por Tyrion), y veremos cómo engastan los 1000 barcos que justamente necesita nuestra Khaleesi (los mismos que quiere proporcionarle Euron).
La mayor chicha, pues, viene en las aceleradas visiones de Bran (habrá páginas que las hayan desmenuzado y hayan establecido teorías), en que Meñique no le mentía a Sansa y veremos el papel de Jaime en el asedio, ya que existe la posibilidad de encontrarse con Brienne, o de aliarse/enemistarse con ella y, en añadidura, con Sansa y Jon. Cuatro episodios apenas restan, y tal y como vamos nos pueden detener los pulsos...
(Un motivo para que estas visiones que entremezclan cielos y nubes y no se sabe si pasado y futuro puede ser encubrir un cierto fallo de continuidad: si el joven Ned viene caracterizado como alguien distinto a Sean Bean, Jaime, que es aún más joven, aparece como Nikolaj Coster-Waldau, no como un actor más joven que lo represente...).
Casi es un cierto bajón que lo siguiente que aparezca sea una escena de Sam y Gilly, que van de camino a Horn Hill (Colina Cuerno), de donde procede Samwell. Aunque esa impresión desaparece cuando entra en escena el padre de Sam: segunda referencia familiar de esa "sangre de mi sangre" del título, tras la del parentesco entre Benjen y Bran. Y esta vez, la sangre de mi sangre no puede ser más opuesta: Randyl Tarly (muy conseguido James Faulkner) es despreciable en sus prejuicios y su rabiosa dureza contra su primogénito. Se gana a pulso el desprecio de su esposa ("Tú te deshonras a ti mismo") y que Sam decida no dejar con él a la mujer que ama y a su hijo ("We belong together": aunque en puridad no sean de la misma sangre, como sí lo son Jaime y Cersei, hay lazos que van más allá de lo sanguíneo), y que se lleve su espada (Heartsbane, Veneno de Corazón), forjada con acero valyrio.
Arya decide retomar las riendas de su vida. Tras presenciar (como Mercy) con sorna el momento de la muerte de Joffrey y tras pasar junto a la cabeza de madera de su padre, se da cuenta de que no es una No one, es Arya Stark; y si ya lo deja ver cuando le sugiere a lady Crane, la actriz que representa a Cersei, que el papel debería incluir un aviso de su próxima venganza por asesinar a alguien querido, al final previene a la mujer contra la actriz que quiere relevarla y que ha contratado a los sicarios del God of many faces (Dios de las muchas caras). La despreciable de Waif, que está vigilándola, no tarda en irle con el cuento a Jaqen, que da el visto bueno para su asesinato (pero sin que sufra, todo un detalle...). Eso sí, nuestra pequeña e indómita Stark recupera a Needle (Aguja) y estoy convencido de que no se dejará atacar o vencer fácilmente (de hecho, esperamos que la ensarte como a un pincho moruno).
En King's Landing (Desembarco del Rey) tenemos el asomo de lo que pudo ser una escena grandiosa. De hecho, ver a Jaime imperial a caballo subiendo la escalinata para llegar a donde tiene el Gorrión Supremo a Margaery a punto del Walk of Shame (Paseo de la Vergüenza) y el discurso tan vibrante, en oposición al sin chicha de Mace Tyrell a sus tropas, es enardecedor, aunque pronto el pusilánime de Tommen nos lo deja en agua de borrajas. La duda es: ¿responde la fe de su esposa a la convicción, o está ligada a Loras, como vimos la última vez que apareció? La conversión de Tommen se debe a su carácter apocado e influenciaste, pero Margaery está hecha de otra pasta. El caso es que el plan de los Lannister-Tyrell se ve frustrado, como le indica lady Olenna a su estúpido hijo ("They’ve beaten us"). La Corona y la Fe ahora son una única cosa.
Sorprende la calma de Cersei ante el giro imprevisto: Jaime deberá acudir a Riverrun (Aguasdulces) a encabezar el asedio contra Blackfish (Pez Negro). Ella se siente protegida por la Montaña en el juicio por combate que se establecerá contra la reina regente. "We’ve always been together, We’ll always be together". Cerca de allí, el inmundo lord Frey supura de ira ante la derrota sufrida contra el Pez Negro. Harto de estar 200 años bajo el yugo de los Tully, pretende que sir Edmund sea una carta bajo la manga para recuperarlo.
Para acabar, asistimos al (enésimo) discurso de Daenerys. Subida al imponente Drogon (que también se puede considerar sangre de su sangre), alienta a sus huestes dothraki a cabalgar por el océano para conquistar Westeros (Poniente). En este sentido, necesitamos más hechos que palabras (a no ser que vengan inspiradas por Tyrion), y veremos cómo engastan los 1000 barcos que justamente necesita nuestra Khaleesi (los mismos que quiere proporcionarle Euron).
La mayor chicha, pues, viene en las aceleradas visiones de Bran (habrá páginas que las hayan desmenuzado y hayan establecido teorías), en que Meñique no le mentía a Sansa y veremos el papel de Jaime en el asedio, ya que existe la posibilidad de encontrarse con Brienne, o de aliarse/enemistarse con ella y, en añadidura, con Sansa y Jon. Cuatro episodios apenas restan, y tal y como vamos nos pueden detener los pulsos...